Ninguno de los libros de este mundo te aportará la felicidad, pero secretamente te devuelven a ti mismo. Hermann Hesse
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Don Álvaro o la fuerza del sino
Myosotis Rowan
3 feb 2016
1 Min. de lectura
Aunque cuando la leí siendo muy niña me pareció una obra fantástica, triste y acongojante, hoy en día, vista desde mi edad adulta, y aún pareciéndome muy buena, no puedo dejar de verle la sátira. Cuando una persona me dijo precisamente "que es tan trágica, que mueve a risa", no la entendí y no comprendía cómo podía reírse con los sucesos tan macabros y oscuros que se contaban en la obra. Ahora ya lo entiendo. Supongo que la vida no sólo nos hace cambiar en opiniones y gustos, sino que además es cierto que te va endureciendo. Una pena.Sinopsis:Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865) tuvo una vida turbulenta, apasionada, romántica y contradictoria como la época en que le tocó vivir. Luchó en la guerra de la Independencia y tras ésta se exilió por sus ideas liberales en 1823. Vivió en Londres, Italia y Malta, y en ese momento se apasionó por los autores ingleses de más prestigio entre los románticos (Shakespeare, Byron, Scott). Gracias a una amnistía, regresó a España en 1834 y heredó el título y una gran fortuna, iniciando una evolución hacia posturas más conservadoras. En 1835 estrena Don Álvaro o la fuerza del sino primer drama español íntegramente romántico y acaso el más representativo del movimiento, pues en ningún otro se acumulan tantos elementos característicos: pasión, misterio, soledad, fuerza ciega de la fatalidad, rebelión, suicidio... Ningún otro consigue fundir tan genialmente estilo culto y llano, verso y prosa, en una acción de desbordada y enloquecida originalidad.