Noches lúgubres
- Myosotis Rowan
- 5 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Iba a comenzar esta presentación de la novela con una pregunta tan absurda que al final he decidido no hacerla, pues, quien más y quien menos, ha sentido la pérdida de un amor (sin tener que ser tan trágica como la muerte) y ha vivido esa desesperanza donde ni el sol calienta, ni la comida alimenta, ni la luz ilumina, ni la ilusión hace acto de presencia.
Si la persona en cuestión sufre, además, accesos de melancolía o tristeza o miedo, podrá entender perfectamente la locura pasajera de Cadalso al perder al amor de su vida y los sentimientos que lo embargaron y que en su destierro dejó estampados en esta breve obra teatral. Cuando hablamos de novela tenebrosa o escabrosa, nuestra ardiente imaginación y ansias de leer nos llevan a abrir libros shakesperianos, poerianos, wildenianos y, como mucho, como mucho, becquerianos, entre otros. Pero, ¿qué ocurre? ¿No tenemos buenos escritores sobre temas macabros o de terror en España, dejando de lado a Bécquer? ¿Por qué siempre nos remitimos al hablar de cierta clase de literatura a autores extranjeros? Quizás sea, y esto es sólo mi opinión, que la literatura en España siempre se ha tratado con demasiada seriedad, se ha intentado imbuir en el espíritu del adolescente con esa adustez de los clásicos, cuya sola mención, hace que a los lectores jóvenes se le pongan los vellos como escarpias y no precisamente por la atmósfera de terror de la novela. Sin embargo, a Poe, a Wilde, a Radclife en sus países de orígenes los adoran incluso los infantes. Por supuesto, habrá quien no esté de acuerdo con esto que expongo, pero es muy curioso que, teniendo obras como la que expuse anoche de Alarcón o como estas "Noches lúgubres" muy pocos adolescentes las conozcan ni aún adultos (a no ser que hayan caído por casualidad en sus manos o estén estudiando literatura). Una de las cosas que siempre tuve en contra del "Quijote", por poner un ejemplo, fue que se le da una importancia descomunal (que bien se la merece), pero en detrimento de otras lecturas. "Las noches lúgubres" pueden llenar de pesadillas al más avezado en estas lecturas, impregna el alma de tal forma que quien está sano de tales sentimientos, llega a padecerlos y quien los padece, puede encontrar consuelo entre sus páginas. ¡Qué giro tan profundo daría nuestro cine si, tomando ejemplo de otros países, se decidieran hacer nuevas versiones de obras clásicas que muy pocos conocen! Sinopsis: El propio Cadalso dijo que imitaba a Young en el estilo y en sus pensamientos de tristeza, pero en nuestro autor, lo que en el escritor inglés es resignación y esperanza en la vida de ultratumba, se tiñe de un tono trágico que no encuentra consuelo en la fe. Su postura haría que el 12 de junio de 1819, el Tribunal del Santo Oficio prohibiera la obra, tras un largo y polémico proceso "por contener proposiciones mal sonantes y ofensivas a los oídos piadosos..."