El amante liberal

Cuando era más joven, y aún hoy en día, son muchos los que me han dicho (y me siguen diciendo) que confundo diversión con entretenimiento. Según ellos, con un libro o una película, un@ se entretiene, pero no se divierte. Para divertirse, según ellos, hay que salir de noche, pasarse las horas muertas hablando con unos y con otros aunque sea para decir y oir chorradas, emborracharse o coger el puntito y aguantar la borrachera o puntazos de otros. Y cuando alguien no coincide con esas opiniones o bien son un@s aburrid@s, un@s estrech@s o (y esto ya lo tomo como un halago) un@s rar@s que no saben divertirse. Ahora bien, os voy a contar una experiencia con este libro y seréis vosotr@s l@s que juzgaréis qué os apetece más o si debo envidiar la forma de divertirse de otr@s. Ayer, a más de treinta grados de temperatura, me puse mi ropa de verano, cogí con mi pareja una manta y unos cojines y nos subimos a la azotea (solitaria y que nadie disfruta) y nos sentamos a la sombra. El calor del sol no era tanto a la sombra, corría una ligera brisa allá arriba haciendo llegar hasta nosotros el olor del azahar de los naranjos de Sevilla. En las distintas torres de las iglesias, las campanadas se dejaban oír, acompasadas, como diría Juan Ramón Jiménez, como pompas de jabón que, perezosas, se deslizaran por la brisa hasta llegar a nosotros. Los gorriones y los mirlos se peleaban y jugaban sobre nuestras cabezas, persiguiéndose unos a otros y las golondrinas cortaban el aire con su vuelo limpio. A mi lado, comencé a oír la respiración cada vez más profunda y pausada de mi pareja que me decía que ya estaba dormitando. Y en aquella soledad tranquila donde lo único que se respiraba era paz, la voz de don Miguel de Cervantes y Saavedra comenzó a desgranarse en mi cabeza, con ese habla ya en desuso, pausada, desde las páginas ya amarillentas y en comienzo de descomposición del libro que hace que tenga ese olor como a vainilla antigua. Las calles que yo no veía dejaron de estar asfaltadas, para convertirse en arenales, el cielo azul sobre mi cabeza se unió con el mar y Ricardo comenzó a cautivarme con su historia de esclavitud y amor desesperado. Como ya dije en el "Celoso Extremeño" a Cervantes hay que leerlo con calma y disfrutar de una lectura no rápida. Las aventuras y desventuras de los personajes del "Amante Liberal" me hicieron emocionarme, sentir los celos en el pecho de Ricardo como si fuera yo quien los sentía y que el corazón me latiera más deprisa por saber el desenlace del amante doliente. Quien ahora me niegue que me divertí, le tengo que decir que él/ella no es que no sepa divertirse, que Dios me libre de juzgar los corazones de nadie, pero sí que no sabría reconocer la diversión de cualquiera ni aunque la tuviera delante y que, desde luego, lo único que indicaría esa apreciación suya sería una prepotencia sin igual con respecto al mundo que le rodea. Sinopsis: (El propio Cervantes) creyó de muy buena fe que estas novelas ("Las novelas ejemplares") eran muy superiores en valores literarios al "Quijote". Y nos va a enseñar el propio don Miguel el por qué de haberlas clasificado de "ejemplares": "Heles dado el nombre de "Ejemplares", y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizás te mostrara el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas, como de cada una por sí. Mi intento ha sido poner en la plaza de nuestra república una mesa de trucos, donde cada uno pueda llegar a entretenerse sin daño de barras; digo sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios honestos y agradables antes aprovechan que dañan. Sí; que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se asiste a los negocios, por calificados que sean; horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse. "... Una cosa me atreveré a decirte: que si por algún modo alcanzara la lección de estas novelas pudiera inducir a quien las leyera a algún mal deseo o pensamiento, antes me cortara la mano con que las escribí que sacarlas en público".