La gitanilla
- Myosotis Rowan
- 6 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Retomando lecturas aplazadas, he comenzado con Cervantes, del que sólo leí en su día "El Quijote" y, nuevamente, me asombran varias cosas.
Primero: lo enrevesados que eran (hay que ver la de vueltas y revueltas que da este hombre al desenlace de su historia, llegando a márgenes de sadismo por cómo hace sufrir a sus personajes emocional y psicológicamente.) Segundo: El gran ingenio que tenía Cervantes no sólo para la prosa, también para la poesía. Tercero: Cómo nuevamente, la literatura nos lleva a usos, costumbres y el menosprecio que se tenían para con otras culturas y razas, especialmente la de los gitanos, que, incluso en el propio autor, se hacen patentes. Cuarto: Cómo nadie es profeta en su tierra, al menos mientras siga con vida. En Francia, muchos siglos después, Victor Hugo triunfaba con su "Nuestra Señora de París", donde la vida de Esmeralda en poco o en nada difiere de la gitanilla Preciosa de nuestro Cervantes y, sin embargo, a este autor le han descalificado y hasta sus más acérrimos detractores le lograron quitar valor a sus obras. Al leer la gitanilla me pregunto si Victor Hugo no se basó en este personaje para basar el de su Esmeralda, porque las coincidencias entre una y otra, dejando de lado las historias, que sí son diferentes, son prácticamente calcadas. A Cervantes hay que leerlo. Y hay que leerlo lejos de imposiciones. Hay que leerlo desde la libertad, el gusto, el disfrute y el tiempo. Sinopsis: "La Gitanilla" es una de las mejores novelas ejemplares del autor, en la que se mezcla la verdad cotidiana de los lances y trances con la seducción de un argumento lleno de lirismo romántico. La novela es, además, un admirable documento de época en lo que toca a las descripciones de ambientes y costumbres gitanas. Y la figura de Preciosa, una de las más encantadora de la galería de hembras famosas en la literatura universal. Algunos críticos han hecho notar que Preciosa tiene un precedente en la juglaresa tarsiana del "Libro de Apolonio". Pérez de Montalbán y Antonio de Solís la llevaron al teatro, y son muy acusadas reminiscencias suyas la Esmeralda de "Nuestra Señora de París", de Victor Hugo, y la Carmen de Merimée. y la misma preciosa atrajo la atención e inspiró a muchos autores poetas extranjeros: Alejandro Hardy, Francesco Cerima, Alejandro Wolf, Federico Moller, Middleto y Rowley, Longfellow...