La voz dormida
- Myosotis Rowan
- 6 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Tenía ganas de leer algo de esta escritora y, de entre todos sus libros, ha tenido que ser éste, puñetero donde los haya, el primero.
Puñetero porque me ha hecho suspirar y llorar en público a mi pesar. Puñetero porque por dos veces me he pasado un par de paradas de tranvía y he tenido luego que volver andando. Puñetero porque me ha estremecido, porque me ha indignado, porque entre sus páginas he reunido toda la cantidad de sentimientos comprimidos todos en lo que va de leer un capítulo a otro. Y son capítulos muy cortos, los más largos de tres páginas. Puñetero porque no me permitía dejarlo, aparcarlo. Puñetero porque he retrasado la lectura para no acabarlo y puñetero porque, con tal de no soltarlo, me he leído hasta los derechos de autor. Puñetero porque cuenta verdades hirientes como puñales. Puñetero porque me descubre mi mediocridad como escritora. Puñetero porque me han visto tanto interés, que en mi familia todos quieren leerlo, así que tendré que retrasar una nueva lectura al menos un año como poco. Puñetero porque me ha enganchado a una nueva escritora y ya estoy deseando leer algo más suyo y no puedo porque tengo lecturas muy atrasadas que necesitan que las lea también. Puñetero, puñetero, puñetero y, sobre todo, indispensable. Sinopsis: Un grupo de mujeres, encarceladas en la madrileña prisión de Ventas, enarbola la bandera de la dignidad y el coraje como única arma posible para enfrentarse a la humillación, la tortura y la muerte. Pocas novelas podemos calificar como imprescindibles. "La voz dormida" es una de ellas porque nos ayuda a bucear en el papel que las mujeres desempeñaron durante unos años decisivos para la historia de España. Relegadas al ámbito doméstico, decidieron asumir el protagonismo que la tradición les negaba para luchar por un mundo más justo. Unas en la retaguardia y otras en la vanguardia de la guerrilla, donde dejaron la evidencia de su valentía y sacrificio.