Ninguno de los libros de este mundo te aportará la felicidad, pero secretamente te devuelven a ti mismo. Hermann Hesse
Buscar
Yerma
Myosotis Rowan
6 feb 2016
1 Min. de lectura
A Federico no se le puede leer una sola vez. Hay que leerlo y releerlo y releerlo y siempre de cada lectura se sacará algo nuevo.
Sus poemas encierran el misterio de la vida y de la muerte y en Yerma abundan como las amapolas en un campo en primavera.
Yerma no es sólo la historia de una mujer (o de un hombre) estéril, sino toda una denuncia social al rol de las mujeres antes y ahora.
Para mí uno de los personajes principales, aunque secundarios, es la Chica Segunda, esa que no siente el deseo de ser madre, esa de la que todo el mundo habla llamándola loca... ésa de las que aún hoy en día son señaladas o miradas mal cuando se atreven a decir que no quieren tener hijos o que no los necesitan.
Por otro lado, el final de la obra, apoteósico, filosofía en su estado más puro... la resignación de Yerma, ese suspiro quebrantado, roto: "Dormiré sin despertarme sobresaltada, ansiosa por ver si siento en mi sangre, sangre nueva..." Ese grito libertador de la espera que acaba, del fin de la incertidumbre...
Sinopsis:
"Yerma" es la obra teatral que tiene el menor número de elementos basados en la realidad. Federico volvió a un tema presente en todos sus trabajos líricos y dramáticos: el instinto frustrado de la maternidad. Este tema que ha encarnado en el personaje principal, quizás el que sea de todos el más simbólico, el más dramático y el más poético.