Del oído a la pluma

Encontrado en una tienda de antigüedades que han abierto recientemente en mi ciudad, no dudé en comprarlo por el precio tan asequible que tenía.

En dieciocho cortos relatos, Francisco Rodríguez Marín, osunense de nacimiento, no sólo nos retrata una época, sino muchos de los registros de la forma de pensar del andaluz en general y del sevillano en particular, con una forma tan graciosa de transcribir el habla andaluza, que, a veces, se hace difícil leerla y otras, en lectores que, como yo, no tienen ese habla tan profunda, se termina encontrando en el interior las raíces más ancestrales del pueblo árabe.

Con toda la picaresca cervantina, con toda la gracia sencilla de la humildad y grandeza, al mismo tiempo, de los pueblos, es una hermosa y aguda crítica a los señoritos andaluces y a la simplicidad de sentimientos.