La última guerra con Marruecos: Ceuta y Melilla
- Myosotis Rowan
- 8 feb 2016
- 3 Min. de lectura

Si bien tiene su punto de interés, la problemática de esta lectura se basa en que la Historia se ve más clara cuanto más años y siglos pasen. La Historia es como un tapiz o como unos azulejos, hay que verla desde lejos para entenderla mejor. Y esta parte de la historia que se nos presenta aquí, no sólo es muy reciente, de ayer mismo (históricamente hablando), sino que es un capítulo que no está cerrado y sigue vigente desde tiempos de los Reyes Católicos hasta nuestros días, con lo cual la dificultad es aún mayor. Si a esto añadimos que también se ha quedado obsoleta en los términos que trata, pues no llega más allá de 1983, esta dificultad de entendimiento se incrementa. Además Domingo del Pino nos habla como los historiadores más experimentados y desde su experiencia personal, con lo cual la lectura es mucho más complicada, aunque debo decir que es muy imparcial y nada chouvinista. Posiblemente tendré que volver a este libro si consigo empezar mi carrera de Historia y me acercaré a él con otra perspectiva y con una mente mucho más educada que la que tengo ahora, pero por ahora sólo puedo decir, que entre la complicación del tema y que el autor "viaja" demasiado en el tiempo, contando hechos del presente y el pasado indiscriminadamente (hay veces que me he dicho, pero si ya he estado en 1969 y ahora estoy en 1979, ¿por qué volvemos a 1950? o.O) este libro sólo está recomendado a aquéllos expertos o no expertos que tienen ciertos conocimientos previos de este tema. Interesantísimo trabajo, brutal en su estudio, y con magníficas fotos en blanco y negro de la guerra en el Sáhara, las visitas del Rey don Juan Carlos y Adolfo Suárez a Hassam II y vistas de Ceuta, así como anexos curiosos de las distintas disposiciones y artículos de los tratados con Marruecos desde los Reyes Católicos a día de hoy sobre pesca y jurisdicciones territoriales y marítimas entre otros. Sinopsis: Marruecos reivindica las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. En los últimos veintisiete años, desde la independencia de Marruecos hasta el presente, esa reivindicación ha gravitado siempre, de manera más o menos decisiva, sobre las relaciones entre Madrid y Rabat. En la actualidad, el irredentismo marroquí a este respecto constituye, potencialmente, el único gran problema en perspectiva para la política exterior de España y, potencialmente, el riesgo de una guerra para los españoles. Sin embargo, éste que es el conflicto más grave a que deberá sin duda enfrentarse tarde o temprano el Gobierno español, es le más visceralmente tratado, el menos reposadamente analizado, y en consecuencia, el más superficialmente percibido por loa opinión pública. Ignorarlo ha sido el recurso simplificador de los Gobiernos que se han sucedido en Madrid no sólo en el último cuarto de siglo, sino desde los siglos dieciocho y diecinueve. Esa ignorancia de los datos fundamentales del contencioso, por marroquíes y españoles, ha generado un ambiente de crispación que sólo presagia enfrentamiento. Los gobiernos intentan agotar sus mandatos sin tenerle que hacer frente, pero el Estado, que es permanente, no lo puede soslayar. Muchas pasiones y sentimientos encontrados, a uno y otro lado del Estrecho, impiden por el momento el diálogo sensato y realista que sin embargo parece urgente comenzar. Esta generación de españoles y marroquíes tiene la responsabilidad de esforzarse, incluso contra los anhelos contingentes de los gobiernos, de solucionar pacíficamente este problema y lograr que no lleve a una extemporánea guerra africana, como aquellas que tanta incidencia negativa tuvieron en la historia de España.