Personas, obras, cosas...
- Myosotis Rowan
- 8 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Siguiendo con los clásicos, el siguiente en la cola era Ortega y Gasset, una pequeña obra, que no por breve es fácil, y que me ha demostrado que mi mente subjetiva es casi plana.
Sin embargo, a medida que he ido leyendo, un nuevo mundo se ha abierto ante mis ojos, es como si en mi cerebro se hubiera abierto una flor ante una luz repentina. No comunlgo con muchas de las ideas de Gasset, pero sin duda merece tener un lápiz a mano para ir apuntando ideas interesantes, como la crítica a la falta de interés por la historia, a los editores que no les importa echar a perder las librerías con mala literatura (y eso que no conoció los best-sellers de hoy día, si no, le da un ataque al corazón) o la forma de vivir en este mundo, como si fuéramos meros descecendientes y no herederos de mil culturas, conocimiento que se nos niega con las privatizaciones. Hay dos frases que he puesto en mi muro sobre libros. Una de ellas dice algo así, como que el libro es un amigo que espera. Este libro ha esperado a que yo lo abra, a que lo abra cualquiera para hablarle desde principios del siglo XX, para gritarnos lo que ya gritó en su día, que hay que cambiar España. Leer "Personas, obras, cosas..." no es sólo entender el cambio que Gasset propone, sino apreciar también su propio cambio, su estado (como todo ser animado e inanimado) mutable, reflejado en las notas a pie de página explicando sus cambios de mentalidad. Hace unas semanas terminé de leer "Los helechos arborescentes" de Umbral y su lectura puede ser muy caótica. Sólo la he entendido en toda su plenitud al leer a Ortega y Gasset, pues coincido con él en que todos estamos interconectados entre nosotros, no sólo en el espacio, sino también en el tiempo, con la historia. E incluso, sin saberlo, él mismo estaba conectado con Unamuno, pues a pesar de la diferencia de filosofías, es posible encontrar un punto de unión entre ellos, al igual que es posible encontrarlo entre la ciencia y la espiritualidad en todas sus vertientes (religiosas y/o profanas). Leer "Personas, obras, cosas..." es recorrer en sus páginas la evolución del pensamiento, pues al igual que éste progresa, así también lo hace el libro, llevándonos de temas objetivos, a asuntos cada vez más subjetivos, que consiguen que la subjetividad que es el alma de un vuelco de pasión objetiva. "La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta". André Maurois (1885-1967) Novelista y ensayista francés. Sinopsis: Van en este volúmen reunidos los trabajos menos imperfectos de entre los que he publicado durante la corriente de nueve años. El primero de ellos- las ermitas de Córdoba- es también el primero que he dirigido al público desde un periódico notorio. Era en 1904: tenía yo veinte años e innumerable inquietudes. El más reciente de los artículos aquí coleccionados es de 1912. José Ortega y Gasset.