Tiempo para la vida. La crisis ecológica en su dimensión temporal
- Myosotis Rowan
- 8 feb 2016
- 2 Min. de lectura

¿Alguien ha leído "Momo", de Michael Ende, esa historia que nos cuenta cómo un día los hombres grises engañan a los hombres y les roban el tiempo haciéndoles creer que cuanto más trabajen y más rápido, sin pararse a charlar con amigos, a tomarse una cerveza, a escuchar cantar a los pájaros y a cuidar a sus mayores, más tiempo tendrán en el banco del tiempo? ¿Qué tiene que ver el tiempo con la destrucción de nuestro planeta, con la tala masiva de árboles, con el consumo exagerado y con la comida rápida? ¿Qué tiene que ver el tiempo, cómo influye, en nuestro entorno, en nuestras amistades, en nuestros ciclos vitales? ¿Qué tiene que ver con la educación, el pensar por nosotros mismos, el ser monigotes, zombies sin criterio? ¿Quién controla nuestro tiempo? ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver éste con la atmósfera, con la fotosíntesis, con las alergias, la contaminación y la economía? Jorge Riechmann, escritor y profesor universitario, nos invita a reflexionar en estar obra de apenas 55 páginas en la escalofriante evolución del hombre y en su lema de quererlo todo y ya. Un estudio horripilante que nos aclara, por primera vez, no de dónde venimos, sino hacia dónde vamos y de la inercia destructora que hemos ido creando a lo largo de nuestra existencia por no querer medir consecuencias. La sabiduría del indio norteamericano y la de los actuales científicos, así como la de los poetas, auténticos señores del tiempo y de la vida lenta, se reúnen en esta obrita que he encontrado semiescondida en una estantería. Sinopsis: "Imagina lo es el tiempo para el beduino que viaja sobre su camello a través del desierto del Sáhara, o para el marinero vasco que pesca bacalao en alta mar, o para el campesino griego que cultiva su viñedo o, por qué no, para el santo de la leyenda que pasó sin darse cuenta doscientos años escuchando el canto de un pajarillo. El tiempo para ellos es el ritmo natural de las mutaciones. La primavera, la noche, los cambios de la luna, la caída de las hojas, el invierno, el viento del sudeste. El tiempo tiene miles de rasgos, y no se mide exactamente, sino a través de múltiples mutaciones naturales, sociales y personales". Joseba Sarrionandía. "Aunque el género Homo sólo tiene dos millones de años de existencia, ya dispone de la capacidad para destruirse a sí mismo." Richard Morris. "No albergaba ninguna duda de que, con el tiempo, los humanos podríamos crear una sociedad moral. El problema era, y yo lo sabía demasiado bien, que el tiempo se estaba acabando". Jane Goodall.