Tres sombreros de copa
- Myosotis Rowan
- 8 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Recuerdo que cuando abrí este libro y comencé a leer enseguida quedé prendada de la vida bohemia y desde entonces soñé con ser una artista así, bohemia. Pero la bohême ha desaparecido, o casi, pocos son los que quedan. La sociedad consumista de hoy en día no nos deja vivir y ser quienes somos. Es como un gran monstruo que se traga todo lo que encuentra y que no se adapta a ella. Poco a poco comprendí que los bohemios no se hacen. Se nacen. Tienes que llevarlo en la sangre y mamarlo desde el primer instante de vida. Y sobre todo tienes que ser valiente para enfrentarte a ese gran monstruo que ya he mencionado. Si algo deja esta maravilla de obra teatral es, sin duda, la enseñanza de que hay que ser valiente, atreverse a asumir riesgos, porque al fin y al cabo la comodidad, puede llegar a ser muy incómoda y cortar las alas de tu verdadero yo. Sinopsis: Escrita a comienzos de los años treinta, la comedia Tres sombreros de copa, germen de toda la producción teatral de Miguel Mihura, tardó veinte años en ser estrenada y produjo en el momento de sus estreno, escándalo y asombro. Mientras muchos espectadores la calificaban de inmoral, la crítica veía en ella una ruptura con el teatro cómico anterior, un comienzo absoluto que presagiaba el teatro del absurdo. La fuerza dramática de la obra radica en la oposición de dos mundos irreconciliables: el de la burguesía provinciana esclavizada por mil convenciones, y el de un grupo de automarginados de esa sociedad que buscan la libertad y rechazan la moral hipócrita. No hay aquí lucha de clases ni se propugna una alternativa social. Las grandes tensiones se redimen por medio de un humor que rezuma escepticismo