Los ojos del tuareg
- Myosotis Rowan
- 13 feb 2016
- 1 Min. de lectura

Veinte años después de haber escrito Tuareg, el autor se ha visto obligado- empujado sin duda por los injustos acontecimientos que están ocurriendo en el corazón de África- a retomar los personajes de una casi mítica novela que ha pasado a convertirse en un clásico de los relatos de aventuras, iniciando una vez más la lucha contra la explotación y la tiranía. Pero la barbarie no viene en este caso de la mano de sanguinarios tiranos o crueles dictadores; viene de la mano de individuos en apareciencia inofensivos, alegres y despreocupados que, en su afán pro buscar excitantes emociones en lugares remotos, no dudan en destruir cuanto encuentran a su paso, empujados por la inconsciencia o la ignorancia, y alentados por la avaricia de quenes han descubierto una inagotable fuente de riquezas en la organización de peligrosas pruebas deportivas. Las tribus nómadas del Sáhara más profundo lelvan años sufriendo la brutal agresión que significa el paso cada año por sus tierras de cientos de vehículos en una insensata carrera que destruye vidas humanas, cultivos y ganado, sin aportar a cambio más que la estúpida gloria de llegar el primero a una meta imprecisa. Ya se han cansado. A los ojos de un tuareg, ésa es una estúpida y absurda "prueba deportiva" que jamás debería volver a aatravesar sus territorios, y para impedirlo están dispuestos incluso a dar la vida.