Cuentos de hadas
- Myosotis Rowan
- 21 feb 2016
- 4 Min. de lectura

Tod@s , en algún momento, hemos oído hablar de los hermanos Grimm y hemos escuchado algunos de los cuentos que estos dos escritores recopilaron, recorriendo para ello toda Alemania.
Siempre he escuchado que las historias recopiladas por ellos son muy distintas y en algunos casos varían mucho de como han llegado hasta nosotros. Y lo cierto, es que debo decir, que casi todas me han asombrado por lo distintas que son al leerlas directamente de la pluma de estos dos escritores o en alguna traducción (como es la ilustración de arriba) que ha sido fiel a lo que estos dos alemanes escribieron. Así pues, el conocido cuento de Hansel y Grettel, o la casita de chocolate, no tiene nada que ver con los títulos originales. El cuento titulado Hansel y Grettel no tiene casita de chocolate, siendo los dos protagonistas hermanos y cayendo el chico bajo el hechizo de un hada malvada que lo convierte en ganso y así vive con su hermana, hasta que un rey lo persigue, encuentra a Grettel y se desposa con ella. El cuento que conocemos como La Casita de Chocolate, se llama en realidad Roland and May-Bird, o lo que es lo mismo, Roland y Pájaro de Mayo. En este cuento entra en escena la bruja con la casita de chocolate, pero hasta ahí la semejanza. Los dos hermanastros (la chica fue encontrada por el padre abandonada en el bosque) consiguen escapar de la bruja, sin llegar a matarla y tras muchas vicisitudes, terminan casándose. Y así, de sorpresa en sorpresa, he llegado a darme cuenta lo distintas que nos han llegado estas versiones de cuentos populares. De hecho, una de las sorpresas más desagradables ha sido el constatar que, lejos de ser moralistas (cosa que no me gusta mucho), son totalmente antimoralistas (cosa que no sé si me gusta aún menos), pues enseña al niño no sólo buenos sentimientos en las menos de ocasiones, sino que con un sentido práctico (tanto como para aprovechar la muerte de una esposa y sacar beneficio económico con ello) y la mayoría de las veces sin tener escrúpulos (la más de las veces el supuesto "héroe" es aún más villano que el gigante), se puede llegar muy lejos. Con lo cual llego a la conclusión que los cuentos estaban para distraer y pocas veces para enseñar a distinguir el bien del mal y que cualquier padre que quiera leerlo a sus pequeños debería dar luego a éstos una explicación que les hiciera llegar a la conclusión que no siempre el protagonista debería haber sido recompensado por sus fechorías. En cierto modo, se me ha caído un mito con los cuentos recopilados por estos dos hermanos, padres del primer diccionario alemán, y en algunos momentos, la crudeza de los relatos (como en el cuento "el enebro", donde se describe como al niño protagonista su malvada madrastra le cercena la cabeza con la pesada tapa de un baúl, para luego ponerlo junto al fuego con una manzana en la mano y la cabeza atada al resto del cuerpo con un pañuelo blanco para que su hija, al golpear al chico, la haga rodar por el suelo y culparla a ella de su muerte), ha llegado a ocasionarme un rechazo total por su falta de dulzura para con los pequeños oyentes. Aunque este tema daría mucho que hablar, por el cambio de mentalidad y la época que corría por entonces y la psicología de mayores y pequeños y la sobreprotección a la que los niños, en ciertos aspectos, están sometidos hoy en día. Sobre todo, si entendemos que los cuentos no estaban pensados para niños, sino para entretener en las largas noches de invierno a los adultos. De todas formas, hay un precioso cuento llamado "La gruta de los elfos" que no es muy conocido o no es conocido en absoluto, que para mí debería haber sido incluso más popular que cuentos como La Cenicienta o Blancanieves. Es toda una delicia y recomiendo que si tenéis ocasión, lo busquéis en internet y lo leais. Como conlusión debo decir que es una lectura totalmente recomendable, pues a partir de ella no sólo podremos vislumbrar cómo era parte de la sociedad de aquel tiempo donde no había reparos en contar escenas escabrosas a los más pequeños, más impresionables, desde luego, que los de hoy en día que con las películas de zombies están curados de espanto, también hay que reconocerlo, sino porque al leerlo, tendremos en nuestras manos, no sólo parte de nuestra infancia, sino todo un compendio de los recovecos del espíritu y conducta humanos, donde nadie es totalmente bueno ni totalmente malo, así como una recopilación de cuentos del pueblo, culpables, gracias a los hermanos Grimm, de establecer la primera gramática alemana escrita. Todo un estudio a los más distintos niveles. Sinopsis: La enorme variedad de historias evocativas en este pequeño tesoro de cuentos nos hace comprender que éstos han sido parte de nuestra herencia y cultura y son parte esencial del desarrollo imaginativo de cualquier niño. Trayendo a la vida a personajes tan inolvidables como Pulgarcito, el Príncipe Rana y Cenicienta, los hermanos Grimm crearon una inmensidad de historias para estimular la mente y los sentidos de los lectores de cualquier edad. Algunos de los cuentos son siniestros, algunos graciosos; otros nos ofrecen enseñanzas sobre el amor, la compasión o la venganza, la avaricia, la crueldad o la amabilidad. Por los enormes ámbitos que alcanzan, forman parte vital para comprender los distintos campos por los que se rige nuestro mundo. Tan populares hoy en día como lo fueron en su tiempo cuando fueron publicados por primera vez, estas historias deberían tener su rincón propio en la estantería de todos los hogares. Así como nos conduce a extrañas tierras donde los pájaros y las bestias conviven con los duendes, gigantes, princesas y lugareños, también nos sigen deleitando, aterrorizando y educando a lectores jóvenes y mayores.