Harry Potter

Para ser sincera era bastante reacia a leer estos libros porque cuando fui comercial de Círculo de Lectores, tenía que cargar con todos ellos hasta los pisos 4º sin ascensor y le llegué a tomar tirria. Al final me dejé persuadir, abrí el primero y quedé enganchada. Mucho más que un cuento para niños, aunque podría tomarse como literatura infantil si uno se queda en la superficie. La literatura universal está llena de mitología (véase La Historia Interminable, que es un libro de los mal llamados infantiles, pero está catalogado para adultos, o la Metamorfosis, de Ovidio) y además la historia del holocausto judío está más viva que nunca en esta saga de magos con la limpieza de sangre y la raza pura. A mí personalmente me encantan.

Cuando leí estos libros, mi adolescencia hacía siglos que había pasado. Me encantaría que la escritora se animara a ver las vidas de los magos adultos tras la caída de Voldemort... aunque no será lo msimo sin muchos personajes que desaparecieron en la batalla final. Lo cierto, y para concluir, es que puede que haya a quien le guste más o menos esta saga de siete libros, pero lo que no se le puede negar a la escritora, es que le ha dado una bocanada de aire fresco a todo lo que es la literatura fantástica. Parece que después de Tolkien no había nada nuevo y entonces, llegaron dos series totalmente innovadoras y diferentes: Harry Potter (riquísima sobre todo en Historia, aunque muy pocos saben verlo) y Juego de Tronos, que el propio autor se está encargando de mandarla al cuerno con sus comportamiento infantil y, yo diría, que hasta déspota.

Sinopsis: Harry es un niño huérfano recogido por sus tíos. La vida que estos le dan es un maltrato infantil. Cuando cumple once años, Harry descubre que es un mago e ingresa en la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, donde por primera vez encontrará un hogar. Misterios, aventuras y un gran enigma que se irá descubriendo libro a libro, nos introducen en un mundo de sueños, fantasías, realidad, historia y mitología. Toda una delicia.