El viento del norte. Cuentos escandinavos
- Myosotis Rowan
- 16 abr 2016
- 2 Min. de lectura

Desde pequeña me han gustado los cuentos, como a cualquier niño, pero no es hasta ser más adulta cuando me he dado cuenta de ciertos detalles que en estos momentos me dejan, cuanto menos, boquiabierta. Si algo bueno tiene cumplir años, es que la sensibilidad adquirida y la facultad de ver ciertos detalles es muy superior a la del niño y a la del adolescente. No sólo sigo disfrutando de su lectura aún mucho más que cuando era niña, sino que además me enseña las diferencias entre unas culturas y otras. Algunos de estos cuentos ya los sabía, pero contados de forma diferente. Así el lector aprecia el humor chabacano y desvergonzado como es el español y más concretamente el andaluz, aunque este humor, que a mí, personalmente, me desagrada, hace comprender más ciertas actitudes de los personajes del cuento y del lector según su procedencia. Por ejemplo, en el cuento sueco "El silbato mágico", el pastor accede a vender sus liebres primero por un beso, luego por tres y por último por tres besos a un viejo caballo ya casi moribundo. Sin embargo, en el cuento andaluz, el pastor accede a vender la primera liebre por pasar una noche con la dama de la princesa, la segunda liebre la vende por pasar una noche con la princesa y la tercera la vende porque el rey le dé un beso en el ojo del culo. Nada más diferente. Evidentemente, yo comprendo mejor la vergüenza de los personajes del cuento andaluz que del cuento sueco. Lo que me lleva al punto de la sobreprotección del menor. El cuento andaluz me lo leía mi padre antes de que supiera yo leer por mí misma. Y luego lo leí infinidad de veces más. Y no fue sino cuando cumplí los catorce o quince años cuando comprendí el significado de pasar una noche con la dama de la princesa y la princesa. ¡No se pasaban la noche hablando, ni durmiendo, sino haciendo el amor! Jamás, siendo niña, se me hubiera ocurrido. Y, evidentemente, creo que con la época que corre, aunque los niños lleguen a esta conclusión mucho antes, no van a asustarse de nada. Sinopsis: Hay cuentos que precisan de un rico vestido de palabras para hacerse atractivos al lector. Otros, sin embargo, se bastan de su simple estructura para ser hermosos; tienen gracia en sí mismos y nada exigen a la inventiva de un escritor. Éstos son los cuentos que corren de boca en boca, de generación en generación; los que se perpetúan a través de los siglos. "El Viento del Norte" reúne uan abundante muestra de este tipo de cuentos, recogida de la tradición oral de los países escandinavos. Relatos nacidos en tierras de nieves testarudas y fríos intensos, relatos que consiguen derretir con magia y fantasía el duro hielo que los envuelve