Los panzers de la muerte

Hay libros que jamás deberían ser escritos. Esta es la única frase que soy capaz de construir con claridad. Hay libros que jamás deberían ser escritos. Sobre todo cuando están basados en hechos reales. Pero ya que estos hechos ocurrieron, hay libros que tienen que ser escritos. Para no olvidar, para no caer en los mismos errores. ¿Lo recomiendo, no lo recomiendo? No lo sé. Sven Hassel hunde al lector en un mundo tan inhumano, tan pérfido y rastrero, tan caótico, donde llega un momento en que la vida humana parece valer menos que la de cualquier animalillo, que el lector no puede por menos que estremecerse ante los relatos en él contados y levantar la vista para salir a la superficie de este mar de tinta negra, para respirar con alivio al comprobar que todo ha pasado, que no queda más que tinta que dan fe de estos hechos. Y, sin embargo, no todo es tinta. ¿Cuántas otras luchas no hay en el resto del mundo y, que por ahora, nos quedan tan lejos? (hoy, un año después de haber leído este libro, demasiado cerca) La guerra, con todos y cada uno de sus horrores, sin escatimar detalles, se asoma a través de las páginas de este libro, con su aliento putrefacto y su carne amarillenta y apergaminada de muerte, donde no hay buenos. Es muy fácil juzgar, lo sé, pero quien lo lea lo entenderá. Nadie puede quedar indiferente ante esta lectura y sería bueno leerlo, para aprender y temer lo que ya ocurrió una vez y lo que sigue ocurriendo, por desgracia. Hay libros que jamás deberían ser escritos. Éste es uno de ellos. Sinopsis: Sven Hassel nació en Dinamarca en 1917, hijo de un oficial austriaco y de madre danesa. Cuando contaba diecisiete años ingresó en el Regimiento de Húsares de la Guardia; poco después se trasladó a Alemania. Durante la Segunda Guerra Mundial participó en las campañas de Polonia, Francia, Yugoslavia, Grecia y Rusia, encuadrado en unidades especiales. Su inmensa experiencia alimenta la temática de la producción literaria. En los panzers de la muerte describe la retirada de su unidad del frente oriental. Estos soldados de los regimientos disciplinarios, hechos a toda clase de horrores, se ven obligados a matar para no morir. Libro duro, palpita en él una amarga verdad, cuya exposición realista sitúa a esta obra entre los mejores relatos de tema bélico.