Drácula

Sólo puedo decir, después de muchísimos años de haber hecho esta lectura, que me acuerdo de ella como el primer día, porque realmente consigue lo que se propone: que el lector tenga pesadillas.

En una época donde nos han acostumbrado a los vampiros estilo Hello Kitty con la tontería de Crepúsculo y toda la saga, desde mi punto de vista, antivampírica de Meyer, encontrar a alguien interesado por la verdadera naturaleza original del vampiro es para coger y pegarle un par de besos en toda regla. Me regalaron el libro siendo yo una preadolescente, pero no pude terminarlo hasta muchos años después, pues cada vez que lo intentaba, al llegar al capítulo de "La Señora Ensangrentada" ya me moría de miedo y eran varias noches sin poder dormir por culpa del señor Stoker. Un libro para leer en invierno, de noche, da igual con luz eléctrica que con velas, morirte de miedo, te vas a morir igualmente. Sinopsis:

El conde Drácula pertenece a esa lista de personajes quey, popularizados por el cine, han cobrado vida propia, haciendo oscurecer injustamente la obra literaria de donde proceden. Y, sin embargo, la novela de Bram Stoker sorprende por su solidez: la ausencia del omniscente narrador decimonónico y la acumulación de materiales de primera mano confieren al relato una modernidad narrativa inusitada en este tipo de obras. Al mismo tiempo la lenta progresión en el desvelamiento del misterio, producto de la confrontación y convergencia de los diversos puntos de vista, crea una tensa atmósfera de suspense en medio de su aparente distanciamiento y frialdad.