71 poemas
- Myosotis Rowan
- 7 may 2016
- 2 Min. de lectura

Si hubiera un reflejo americano de Lorca en EEUU, éste sería sin lugar a dudas, Emily Dickinson.
Creo haber dicho ya que a Lorca hay que sentirlo y ver las imágenes en el cerebro, y tratar de comprender lo que se pueda comprender, pero sobre todo sentirlo. Y con Dickinson pasa exactamente lo mismo.
Su curiosa vida no deja de ser sorprendente, pues es extraordinario que habiendo llevado una existencia tan cerrada como la de sus circunstancias, haya podido escribir y sentir tanto, lo cual me da la razón en mi teoría de que no hay que salir demasiado para vivir mucho y comerse la vida. Una vez oí que hay un poeta español, Quevedo, para más señas, que es imposible traducirlo al inglés. Esta versión que tengo, es una recopilación de Nicole D´Amonville Alegría. No dudo que esta señora sabe inglés y muy bien, pero sus traducciones son incomprensibles y se pierde el hilo y no por culpa de la traducción, sino porque a Dickinson, como al señor Quevedo, es absurdo traducirla. La obra, afortunadamente, es bilingüe, con lo cual, para todo aquél interesado, se puede leer en español, pero yo no lo aconsejaría. Si se sabe inglés, es mejor leerla en el idioma original, y aún así, es difícil de entender. Una precursora, desde mi punto de vista, de todo lo lorquiano. Sinopsis: Emily Dickinson es una de las poetas más grandes de todos los tiempos, comparable, según Harold Bloom, a Dante y Shakespeare. Escribió cerca de dos mil poemas, la mayoría de los cuales se encontraron tras su muerte, cuidadosamente cosidos en cuadernillos y guardados en una caja de música. Nicole d´Amonville Alegría, poeta ella misma, ha realizado una personal y muy cuidada antología a partir de la última edición crítica de R. W. Franklin. Ésta incluye ocho poemas inéditos en castellano, un preciso y elegante prólogo, un extenso y útil aparato de notas, así como las variantes en cada poema con respecto a la edición de Johnson, considerada canónica hasta 1999. En suma, los setenta y un poemas aquí reunidos consitituyen una excelente muestra de rigor, la fuerza y la impresionante modernidad de la obra de la poeta norteamericana que cantó y amó con audacia y humor contra toda norma establecida.