Wildwood

Cuando se compra un libro sin tener una idea preconcebida de él, es casi tan malo como hacerlo con un prejuicio. Además, cuando en la portada aparece la típica recomendación de periódicos, revistas o de alguien con nombre y apellidos que da la sensación de ser amiguete del escritor y estar haciéndole un favor, eso ya me hace temblar.

Sin embargo, no sé por qué, decidí comprarlo. Quizás fuera porque no encontré el primer volumen del Señor de los Anillos en inglés o porque las estanterías de género fantástico (que era lo que me apetecía leer en ese momenot) estaban vacías (gracias supongo a los libros virtuales, que nos está afectando a los pocos lectores que aún disfrutamos yendo de librerías y perdernos entre los libros y su olor a papel), o quizás fuera porque lo que más abundaban eran los vampiros edulcorados de Meyer, o quizás fuera una confluencia de todas estas circunstancias, el caso fue que pagué de mala gana y me dije que, al menos, estaría leyendo en inglés y alguna nueva expresión aprendería seguro. Pues a veces, todo esto tiene un por qué y, como siempre, las ideas preconcebidas, los prejuicios, consiguen que, si no fuera por toda esta cadena de coincidencias, perdamos momentos geniales. Empecé el libro con desgana, pero poco a poco las raíces del bosque fueron atrapándome hasta conseguir perderme en él y casi formar parte de la hiedra. En esta ocasión, el señor Snicket tiene razón: "Una vez que entré en el bosque, no quise abandonarlo nunca más". Una historia entretenida y bien elaborada, aunque en contra tiene la predictibilidad de los acontecimientos. Aún así, recomendada para pasar un buen rato. Sinopsis: ¿Quién se atreve a entrar en la maleza prohibida? Prue McKeel se mantiene alejada de problemas. O al menos eso intenta. Pero entonces su hermano pequeño es raptado por los cuervos y llevado a los bosques que hay más allá de la ciudad. Está en manos de Prue traerlo de nuevo a casa. Es su aventura, es arrastrada al mundo de Wildwood donde se ve envuelta en todo tipo de aventuras y magia de los que jamás hubiera imaginado su existencia siquiera.