La cruz y el laúd
- Myosotis Rowan
- 11 may 2016
- 2 Min. de lectura

Puedo decir que no le sobra ni le falta ni una sola página. Robert Shea nos lleva a mediados del siglo XIII en una trepidante historia de amor entre un trovador y una condesa, con un telón de fondo tan majestuoso como es la penúltima Cruzada de San Luís. Si bien la historia principal puede parecer ñoña y poco creíble por la fidelidad del trovador a ese amor cuasi cortés, lleno de mentiras, odios, secretos, venganzas e intrigas, no es menos cierto que todos sus personajes son maravillosos compañeros de viaje y esperas eternas y que la genial pluma de este escritor consigue mantener al lector pegado a sus páginas con las maravillosas mujeres, llenas de fuerza y coraje, cada cual a su manera, que pueblan la historia y con la parte más histórica de la novela. No me resultó muy simpática, sin embargo, la imagen novelesca que Shea le ha dado a Luís IX de Francia, demasiado llorica, siempre con las lágrimas en los ojos. El final también decae un poco, esperaba otra cosa para SPOILER el conde Amalric, algo más cruel, como él lo es durante toda la historia. Pero, sin duda, si se quiere pasar un rato agradable, lleno de aventuras y amor y conocer un poco más de historia (aunque sea poco y haya que contrastar los hechos), éste es el libro. Por cierto, hechos contrastados y bien documentados por Shea. Sinopsis: Francia, siglo XIII. El valiente trovador Roland de Vency se ha enamorado de la condesa Nicolette de Gobignon, la esposa del conde Amalric. Cuando el rey Luís organiza una Cruzada a Tierra Santa, se interrumpe la lucha entre los dos rivales. Los nobles de Francia siguen a su rey en la desconocida aventura, entre ellos también el conde Amalric, Nicolette y Roland de Vency. Ya en tierras africanas, Nicolette y Roland ven, impotentes, como el obsesivo rey conduce a todo su ejército a la ruina... Al lector le espera una historia de amor apasionado, intrigas sin escrúpulos, muerte y heroísmo, Oriente y Occidente. Robert Shea, un maestro de la novela histórica, enlaza todo en una epopeya histórica sin igual.