Bastardos reales
- Myosotis Rowan
- 15 may 2016
- 2 Min. de lectura

A veces, durante mis visitas guiadas, oigo a algún cliente impacientarse cuando cuento anécdotas sobre los amoríos de los reyes con sus esposas o amantes (no son las explicaciones que más abundan, también es justo que lo diga, pero haberlas, haylas). Al estar tan acaparados todos los medios por los mal llamados programas del corazón (más bien deberían llamárseles descorazonados), se crea una mala fama o una fobia cuando se tratan de temas, en principio, "banales" de las vidas de los reyes. Y, sin embargo, hay que hablarlos y contarlos, puesto que sin estos cotilleos de alcobas, ¿alguien habría sabido que aquel Jeromín, más tarde don Juan de Austria, era en realidad hijo del emperador Carlos V? Si hubiera permanecido en el anonimato, ¿habría llegado a realizar las grandes hazañas que llevó a cabo? ¿Y qué hubiera pasado con la duquesa de PArma, gobernadora de Flandes? ¿Habrían llegado Isabel la Católica al trono de España si no hubiera sido por la amante de Alfonso XI, los amoríos de su hijo, Pedro I con doña María de Padilla y la venganza de sus medio hermanos, ambos Trastámaras? Si bien hoy en día ciertas cosas del cotilleo son innecesarias, qué duda cabe que sin ellas hace siglos, la Historia se hubiera quedado, si no coja, bastante empobrecida. A veces es bueno recordar que durante los grandes periodos de conquista, negociaciones y tratados, también los reyes tenían tiempo para amoríos, caza, lecturas, sacarse los mocos o rascarse el trasero. Sin esto, difícil sería entender (aún más difícil de lo que es hoy en día), que seres cuasi divinos (estas pequeñas o grandes cosas, según se mire, es lo que los hace humanos), los errores e injusticias que llegaron a cometer todos y cada uno de ellos. Un libro entretenido e instructivo. Sinopsis: Con la excepción de Juan de Austria- demasiado hizo como para no ser recordado-, los hijos bastardos de los reyes de España son los grandes ignorados de nuestra Historia. Se conoce más la frase "No quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor" que las vidas apasionadas y apasionantes de Enrique II y de Pedro el Cruel, con su estela de amantes y hasta esposas de una sola noche. De Margarita de Parma se sabe que fue madre de Alejandro Farnesio y gobernadora de los Países Bajos, pero poco o nada se sabe de su vida conyugal y de sus rebeldías romanas, que escandalizarían hasta al pontífice Paulo III. Aunque gobernó España, escasos conocimientos se tienen, en general, de Juan José de Austria, y no muchos saben que culminó sus escándalos amorosos llevando a al muerte al gran pintor Ribera, por haber deshonrado a una de sus hijas. Hay otros muchos bastardos que merecen libros, pero en éste el autor nos propone una selección muy adecuada para adentrarnos en un mundo de alcobas clandestinas en las que vieron la luz mujeres y hombres que, para bien o para mal, pero por derecho propio, se han ganado un puesto en la Historia.