Wilt

Divertida, cruda y políticamente incorrecta, esta obra critica el actual método educativo, así como la visión sexual del mundo, donde si una mujer se ofrece a un hombre, está hasta mal visto y resulta increíble que éste la rechace, porque los machos, si no se lanzan sobre una mujer desnuda o semidesnuda, no son machos. Y a pesar de esto, también hace una crítica realmente buenísima al falso feminismo que campa a sus anchas hoy en día por nuestra sociedad y que deja al verdadero feminismo a la altura del betún. Así mismo, las ideas (mías personales) extraídas de la lectura es el intento de Sharpe por tirar por el suelo el viejo y horrible refrán, tan nuestro, de :"Piensa mal y acertarás" Así como un guiño a aquéllas personas que, si sacan los pies del tiesto, de los cánones exigidos por nuestra sociedad, deja de ser trigo limpio para convertirse en carne de cañón. Me ha parecido también un homenaje precioso a esas personas que pasan desapercibidas en los distintos ámbitos de la vida por su humildad o discreción y que, cuando desaparecen, es cuando realmente su verdadero valor se pone de manifiesto. Por último y desde mi punto de vista, un tanto negativo, lo reconozco, de cómo se tratan ciertos temas hoy en día, con tantos tabús como nos rodean, tengo la sensación de que ha sido una suerte que "Wilt" se escribiera en 1979, pues hoy en día, no tengo yo muy claro que hubiera visto la luz. Se habría tachado de machista, políticamente incorrecto y quizás, hasta podría haber sido acusado como instigador a la violencia de género. Un libro, que a pesar de sus tintes grotescamente divertidos, esconde una verdad aterradora, muy verosímil precisamente por la inverosimilitud de los hechos narrados. Sinopsis: Henry Wilt tiene un sueño dorado: asesinar a su esposa, con al que lleva doce años de amargo matrimonio. Tampoco su situación profesional es demasiado estimulante: es profesor de Humanidades en una escuela de Artes y Oficios. Pero tiene la suerte de poder dedicar el tiempo de sus clases a idear fantásticas quimeras sobre la mejor forma de practicar el asesinato perfecto con su mujer. El azar, la desaparición de su esposa y la generosa imaginación del autor hacen que Wilt se vea acusado de un asesinato que no ha cometido. Se había limitado a entrenarse, practicando sus sueños criminales con una muñeca hinchable. Ello propicia una serie de situaciones disparatadas en las que un comisario tiene todos los puntos para volverse loco, el lector tiene todos los puntos para reír a mandíbula batiente y Wilt tiene todos los puntos para enloquecer de amargura al primero y de risa a los segundos. Escena a escena, página a página, el lector se siente progresivamente sorprendido, provocado, burlado, lanzado al disparate y, finalmente, divertido hasta la carcajada. De esta novela ha dicho Llátzer Moix, en "La Vanguardia", que "ofrece ante todo una gratificación inmediata, salutífera e impagable: una carcajada de tres horas de duración". Pero no se trata de un caso único. La crítica en general se ha encargado de destacar el original sentido del humor que rebosa en las obras de Sharpe.