- Pon la leche en un cazo, agrega una cucharadita de azúcar y ponla a hervir, sin dejar de remover.
- Cuando hierva retírala del fuego, deja que se temple un poco y pásala a una jarra. Espera a que alcance la temperatura del cuerpo (37 grados). Para comprobarlo, introduce un dedo de la mano: si no te quemas, es el momento de seguir con la receta.
- Pon 3 gotitas de cuajo en cada recipiente y reparte la leche encima. Espera a que cuaje sin mover los recipientes.
- Cuando las sirvas, puedes regarlas con un poco de miel o espolvorearlas con un poco de azúcar o canela y adornarlas con unas hojas de menta.