-Primeramente limpiamos las guindas y las metemos un par de minutos en agua hirviendo. Las escurrimos inmediatamente y con mucho cuidado les quitamos el hueso. Podemos usar un deshuesador específico o las partimos por la mitad. Las dejamos escurrir sobre un paño.
-Mezclamos el agua y el azúcar y lo ponemos a fuego lento hasta conseguir un almíbar espeso, a punto de hilo o hebra. Más o menos nos quedaremos con un litro de almíbar. Cuando el almíbar esté en su punto, le agregamos las cerezas y las dejamos cocer unos 8 minutos.
-Entonces, retiramos del fuego, dejamos templar y pasamos las cerezas con el amíbar en tarros de cristal previamente esterilizados.
-Dejamos los tarros destapados hasta el día siguiente. Dejamos enfriar y espolvoreamos con una par de cucharadas de azúcar. Cerramos los botes y esterilizamos al baño maría durante 15 minutos. Conservamos los tarros en un lugar limpio, seco, fresco, alejado de fuentes de luz y calor.
-Una vez fríos los tarros, se guardan en un sitio fresco y seco.