Comenzaremos limpiando de grasillas y cortando la carne del conejo en trozos más o menos similares. Ponemos una sartén al fuego y vamos sofriendo los trozos hasta que estén dorados, retirándolos para una fuente.
Mientras, ponemos una cazuela al fuego y añadimos tres cucharadas de aceite de oliva de freír el conejo y añadimos la carne, le echamos el vino blanco seco por encima y dejamos que hierva durante dos minutos, salpimentamos, le añadimos el tomillo y el agua y lo dejamos cocer durante treinta y cinco minutos o hasta que la carne esté blanda.
En un bol mezclamos la nata líquida de cocinar, la mostaza a la antigua, el zumo de limón y la cucharadita de coñac o brandy. Batimos con un tenedor y lo agregamos por encima del conejo y dejamos que cueza todo junto quince minutos más.