Las ardillas de Central Park están tristes los lunes

Leer a Katherine Pancol, aún sabiendo que jamás será un clásico de la literatura, es, sin embargo, como un oasis en un desierto.

Hace poco me enteré que el estilo de vida que llevo practicando mucho tiempo se llama Higge y es reconocido como el estilo de vida danesa; un estilo que, por otra parte, se refleja en toda la literatura nórdica. Pues eso es lo que es el estilo de Katherine Pancol, un estilo literario Hygge. Y es que es de una dulzura tan intensa, que el lector no dejará de emocionarse, quizás porque sus personajes tocan todos los palos de las emociones del alma humana, de forma que todos pueden encontrarse dentro de un mismo lector.

Difícilmente no se encontrará en todos los personajes algún rasgo propio.

Por ponerle un "pero", quizás sería el hecho de que no consigue dominar el recurso del realismo mágico, aunque lo intenta. En sus novelas este realismo mágico no es creíble, algo que no ocurre con las novelas de Allende o de García Márquez o incluso con las de Esquivel, por poner algunos ejemplos, donde cuando lees nada parece raro y todo posible.

Sinopsis:

De repente, la vida se vuelve divertida. Nos ofrece un diamante,oculto en el billete del metro o entre los pliegues de una cortina. Escondido en una palabra, una mirada, una sonrisa o una bobería. Hace falta estar atento a los detalles. Nuestro camino está sembrado de pequeñas piedrecitas que nos van guiando. La gente violenta o la gente estresada, ignora los detalles. Estas personas lo quieren todo deprisa, enseguida, no quieren perder un minuto en besos, caricias o sostener al mano de un hombre tembloroso.

Pero si se mira con cuidado, si se consigue ralentizar el tiempo, se descubren diamantes en una mano tendida... y la vida deja de ser triste. Ni los sábados, ni los domingos, ni los lunes volverán a serlo...