Echar cada huevo en una fuente. Sería interesante hacerlos en unos moldes, o incluso en algún cuenco bajo, para que la clara no se desparrame por toda la fuente. Por encima, les echamos sal y un poquito de pimienta (también podríamos añadir unas hierbas aromáticas que nos gusten, como romero, orégano, etcétera).
Introducimos la fuente en el horno precalentado a 180ºC y dejamos hacer los huevos hasta que veamos que la clara está cuajada (es importante no dejarlo mucho tiempo, para que la yema quede líquida).
Y, con esto listo, los huevos asados ya se podrán comer.