Ninguno de los libros de este mundo te aportará la felicidad, pero secretamente te devuelven a ti mismo. Hermann Hesse
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Odessa
Myosotis Rowan
15 ene 2018
2 Min. de lectura
De nuevo hoy tengo que dejar una reflexión sobre por qué me gusta leer: pues por la sencilla razón de que son auténticos compañeros en viajes cansados, largos y dolorosos. Porque te ayudan a relativizar tus sufrimientos y porque son el compañero ideal para la convalecencia.
A pesar de su dureza, de su crudeza en los hechos que narra, Forsyth vuelve a demostrar una vez más que es todo un maestro no sólo en el arte narrativo, con todas las reglas habidas y por haber en cuanto a estructuración, con un estilo vivaz que no decae en ningún momento. Trepidante hasta la médula, "Odessa" contiene todo lo que me gusta en una novela: hechos desarrollados con lógica y encadenados unos tras otros hasta conseguir que encajen hasta el final, cual si de un gigantesco puzzle se tratara. Todo tiene una razón, un por qué, y eso es lo que consigue que el final de estas novelas así escritas sea apoteósico sin caer en lo grotesco o en lo inverosímil.
De Forsyth ya había leído "El fantasma de Manhattan", secuela del "Fantasma de la Ópera" de Leroux, y aunque me gustó, debo reconocer que no le reconocí la maestría hasta leer "La lista" o haber leído "Odessa". Quizás porque, las escriba quien las escriba, las secuelas nunca suelen ser buenas, y los personajes e historias de un autor, deberían ser siempre de ellos, sin permitir que nadie más meta mano en dichos personajes o dichas historias.
Sinopsis:
Dos hombres murieron el 2 de Noviembre de 1963: el presidente John F. Kennedy fue asesinado en Dallas; un viejo judío alemán, Salomon Tauber, se suicidó en Hamburgo. Aparentemente, ambos hechos carecían de relación entre sí, pero cada uno de ellos tuvo imprevistas consecuencias. De esto trata Frederick Forsyth en "Odessa", obra que sigue la estela del grandioso éxito alcanzado por "Chacal" en todo el Mundo y que ha hecho de su autor uno de los novelistas más leídos y admirados.