No encontré rosas para mi madre
Ha habido veces que se me ha criticado el leer obras de fantasía y ficción. Cuando comencé con mi trabajo tuve que abrirme a otras lecturas, históricas, arquitectónicas, biográficas... y luego ya me abrí a lecturas más... "serias" gracias a la biblioteca que mi padre había formado a lo largo de los años. Hasta hoy. HE dejado un poco de lado las lecturas de ficción y fantasía... y a veces las echo de menos, sobre todo cuando leo cosas como ésta. Que un libro tenga calidad literaria no significará jamás que tenga corazón. Esta novela carece de alma y compasión, maltrata y veja a sus personajes, desde los más inocentes a los más rastreros. De hecho, siendo políticamente incorrecto, me pregunto si se hubiera llegado a imprimir y si hubiera llegado a ver la luz si se hubiera intentado publicar hoy en día. Mientras lo leía, se me venían varias ideas a la cabeza. La primera muy gráfica. Esta no vela es como el hedor y el mal sabor de la bilis que deja el vómito. La otra es una pregunta: ¿qué narices se había fumado el autor? ¿De verdad pensaba que con tantas idas de olla la novela llegaría a ser de culto? En esta España de aquellos oscuros años sesenta/setenta, la amargura de la vida quedaba reflejada en la literatura y éste es un buen ejemplo de ello. Si para ser tomada en serio hay que leer este pseudo existencialismo como la que tengo frente a mí, prefiero seguir siendo el bicho raro de siempre. Sinopsis: Un muchacho criado sin padre, siente un amor enfermizo por su madre, viuda burguesa comida de trampas, para la que todo le parece poco. Como el trabajo no está en sus vicios, le es fácil conseguir dinero sin reparar en medios por viles que sean.
