Don Pedro I de Castilla

Sin duda, poca presentación hace falta, pues las fechorías de este rey han llegado a todos los rincones de España. Sin embargo, creyendo que ni todo ángel es tan bueno ni todo demonio tan malo, me apetecía leer algo de la vida de este hombre y por qué Felipe II se enfurecía tanto cuando se le motejaba como "el cruel". Y tras leer este estudio, debo confesar que yo también empiezo ya ruborizarme por haber creído todas las falacias en torno a este hombre. Puede que esto sirva para tacharme de crédula, sobre todo teniendo en cuenta que Guichot no puede ocultar su simpatía por este personaje histórico. Y esto me haría ruborizar también si no fuera por el hecho de que, habiendo leído a Luís Montoto y a Guichot, ambos desmontan, una por una (excepto las no demostrables, como son los envenenamientos, aunque se deja cierto resquicio a la duda de, al menos, uno de ellos, puesto que los otros dos no fueron tal) todas las leyendas en torno al carismático rey.

Bien documentado con anales de la biblioteca precolombina, entre otros muchos, sin duda es un libro que todo amante de la Historia o que deba conocerla por su trabajo debe leer, para hacer justicia a la figura de "nuestro rey más español". Sinopsis: "La traslación de los restos mortales del Rey D. Pedro I de Castilla a la ciudad de Sevilla para recibir en ella cristiana y regia sepultura fue un suceso que despertaba tristes y a la vez gloriosas memorias que reavivaron la secular y porfiada lucha empañada acerca del carácter y reinado de aquel monarca el día de la catástrofe de Montiel y que viene sosteniéndose infatigable hasta los nuestros.

Creí que mi cargo de cronista oficial de Sevilla y su Provincia me ponía la obligación de consignar este suceso en los anales históricos de nuestra ciudad y al efecto escribí este libro, cuya dedicatoria ofrecí a la Excelentísima Diputación Provincial".

Joaquín Guichot.